por Oscar "Huevo" Sánchez
Estimulado por el inminente Campus de Bases que haremos en San Fernando (del 28 de abril al 1 de mayo), me enfoco en revisar, editar y pulsar todos los atributos que construyen a un base moderno.
Reconforta y enorgullece, ver cómo Facundo Campazzo y Luca Vildoza logran ser relevantes en la Liga Endesa y también en la imponente Euroliga.
Imaginen cuánto beneficiará al seleccionado nacional que nuestros exponentes, productos puros del básquet argentino, compitan en potencias europeas y ante rivales de fuste en cuanto a talla, estrategia y nivel.
Facundo afinó su físico, lo fortaleció. Incorporó más criterio como líder, lastima con sus cambios de ritmo y aprovecha su swing potente y veloz para el uno contra uno.
Esa madurez que va obteniendo lo capacita para elegir cuándo abastecer de juego a sus encumbrados compañeros, (Doncic, Rudy, Carroll, Thompkins, Ayón, Tavares), o cuando ser él quien defina la acción. Percibo que va logrando el equilibrio que se le exige a un base de elite.
Mis dudas se centraban en cómo iba a afrontar la progresión de sus acciones, cuando tras romper primeras líneas, se cruzara con atléticos molinos. A través de su evolución física, y de asimilar experiencias, creció en panorama y en definición. Es clave que su coach, Pablo Laso, confíe tanto en él.
Sostengo que a “Facu” la NBA le calzaría bárbaro. Esa cultura de cancha abierta (a diferencia de la europea, más estacionada), a Campazzo le serviría y además, ¡excitaría al público! El ejemplo es Ricky Rubio. Con menos gol y más pase que Campazzo, logra estandares más valiosos en la NBA que los que tenía en España.
Luca Vildoza, cuando sume rodaje y moldee su físico, también será un gran base. Debió potenciarse tras el cambio de entrenador. Tiene lo más importante: talento. Se ganó minutos decisivos en la rotación de Baskonia, a un ritmo más dinámico de lo previsto. Dispone de algo venerado en el básquet moderno: ¡tiene puntos en sus manos! Mejoró su defensa, requisito insoslayable en el básquet de hoy. Deberá afinar su toma de decisiones. Pero su margen de evolución es enorme, aún.
El puesto de “1” mantiene en su esencia, el atributo de ser líder y de hacer buenos a los demás. y Luca dispone de las herramientas técnicas y físicas para adueñarse del timón de Baskonia.
Tras años de preocuparnos sobre con quiénes reemplazaríamos a los play-makers dorados, hoy con Facu y Luca, me atrevo a decir (y a proyectar por 10 años), que ¡la base está!